Juan Vattuone
presenta su nuevo disco
“Escuchame una cosa”
Miércoles 24 de Agosto a las 21 hs.
Centro Cultural Torquato Tasso
“Escuchame una cosa”, surge de esa expresión popular que tenemos los argentinos para empezar a hablar, como si fuera necesario aclarar que nos escuchen.
Me surgió pensando que estaría bueno de verdad que nos escuchemos más entre todos. Creo en un futuro más humano. Y es más humano comunicarse.
Como autor y compositor me resultó apropiado ponerle ese título a este nuevo trabajo discográfico, que vuelven a avalar Fonocal, llámese Edmundo y Eduardo Calcagno, y Estudio Fa, con la eterna paciencia y el cariño de Chiquito Prieto y Nicolás Solazzi. Porque nosotros los cantautores necesitamos imperiosamente ser escuchados. Y otro cantautor, un grande, León Gieco, me escuchó… y me dijo:”Loco, te ofrezco mi estudio para que termines el CD ahí, en el estudio del Arco. Y un groso, el Oski Amante, te lo va a masterizar…”. Y, como me considero un artista popular que cuenta historias en el marco del género tango, cabía esta humorada. Por ahí tengo suerte y a algunos de los que escuchen, les guste, ya que utilizo el humor y la improvisación para hacer monólogos disparatados; algunos de ellos, están en este disco.
Los invito a compartir la presentación en sociedad de “Escuchame una cosa”, con toda la gente que hizo posible que este nuevo material esté en la calle: el incansable maestro Víctor Lasear, con sus arreglos increíbles, su voz y su guitarra y el fantástico aporte de Tavo Corrado en el piano y Ricardo Botaro con su percusión volátil, Alberto Felicetti –guitarra y guitarrón-, Walter Hidalgo –bandoneón-, Osvaldo Velázquez en bajo, Clodo Luque –congas-, Luciano de Vita –trompeta-, Alberto Pata Corbani
–cajón porteño-, Martín Morales –guitarra española-, con mis afectos más cercanos, Julieta Vattuone, Anitta Vatt, Silvana Boggiano, Lourdes Reynoso, Guillermo González, Matías Sandro Murray y los compañeros de siempre, el talentoso Chango Farías Gómez, el virtuosísimo MonoIzarrualde y su hijo Jerónimo Izarrualde.
La cita es el miércoles 24 de agosto a las 21 hs. en el Centro Cultural Torquato Tasso.
Invitados: Chango Farías Gómez, Rubén "Mono" Izarrualde, Jerónimo Izarrualde.
Nos acompañarán con su presencia: Madres de Plaza de Mayo, León Gieco.
Miércoles 24 de Agosto, 21 hs.
CENTRO CULTURAL TORCUATO TASSO
Defensa 1575 (entre Av. Caseros y Brasil, frente al parque Lezama), San Telmo
Entradas: $40
Reservas: Tel: (011) 4307-6506
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Juan Vattuone por Silvana Boggiano *
El artista se presenta como un demiurgo. Es ángel y demonio. Recorre su cielo y su lodo, a partir de un repertorio distinto y espacioso. Es difícil contener diferencia y variedad al mismo tiempo, pero Juan Vattuone se las arregla para que ambas le pertenezcan.
1Toma el tango -o el tango lo toma a él-, desde su raíz pintoresca y social en versos que le salen como la albahaca fresca. Crea un lenguaje totalmente actual, sin abandonar la fuente de un siglo de orilla y arrabal. Este decir artístico es consecuencia de su sentir y de su hacer en la vida: "yo soy tango en una parte genuina de mis partes".
Mezcla de clown cándido y quijote arrabalero, nos sorprende con historias en la cocina de su casa y, desde allí, nos lleva más allá, nos vuela hacia la inquietud , la oscuridad, el vértigo, nuestras miserias, la identificación.
La ternura, sin embargo, atraviesa sus temas como una daga que abre cada anécdota: la situación actual del ser argentino ("Argentina de argentinos"), la realidad del día a día en esta ciudad anónima y diagramada ("Viva Buenos Aires"), el deseo de un amor imposible a pesar de la acidez del duelo ("Jugo de limón"), la realidad de los chicos de la calle, en su decir, "los hijos de la patria" ("Pequeños seres vagabundos"), el humor irónico y desopilante en boca de su personaje Rodolfo "Bocha" Burdovio ("La chacón de mi naerma"), el bajo fondo y la fuerza del amor para cambiar la vida ("Un chabón jailaife"), la mujer desde una mirada despojada de machismo ("La Yoli, esa mariposa"), la hipocresía de nuestras instituciones ("El yuta Lorenzo"), el amor trunco desde la pena y no desde el rencor ("Sábanas vacías"), la máscara y la construcción propia ("Por querer cambiar"), la esperanza renacida diariamente a pesar de las heridas ("Peces de colores")
Todo está sustentado por la resistencia, y ésta es su mayor transgresión: enfrentarnos cara a cara con el amor, la violencia, la cobardía, la pasión. Es decir, nos enfrenta a nosotros mismos.
Su música es la síntesis de varias influencias rítmicas, porque rompe moldes a través de su intuición. Recorre así, desde el tango tradicional hasta el apiazzollado, las milongas criollas, el bolero, el candombe, la chacarera, el blues y la canción.
Dice que la duda lo conduce al papel y la guitarra. Sea como sea, hacer arte es para Vattuone, un acto de amor, nada menos que combatir la muerte, desde abajo y desde el balcón más elevado, hacia un futuro sin fronteras.
* Silvana Boggiano es autora del libro La madriguera, y miembro de grupos de investigación argentino-uruguayos el Tango.
Mezcla de clown cándido y quijote arrabalero, nos sorprende con historias en la cocina de su casa y, desde allí, nos lleva más allá, nos vuela hacia la inquietud , la oscuridad, el vértigo, nuestras miserias, la identificación.
La ternura, sin embargo, atraviesa sus temas como una daga que abre cada anécdota: la situación actual del ser argentino ("Argentina de argentinos"), la realidad del día a día en esta ciudad anónima y diagramada ("Viva Buenos Aires"), el deseo de un amor imposible a pesar de la acidez del duelo ("Jugo de limón"), la realidad de los chicos de la calle, en su decir, "los hijos de la patria" ("Pequeños seres vagabundos"), el humor irónico y desopilante en boca de su personaje Rodolfo "Bocha" Burdovio ("La chacón de mi naerma"), el bajo fondo y la fuerza del amor para cambiar la vida ("Un chabón jailaife"), la mujer desde una mirada despojada de machismo ("La Yoli, esa mariposa"), la hipocresía de nuestras instituciones ("El yuta Lorenzo"), el amor trunco desde la pena y no desde el rencor ("Sábanas vacías"), la máscara y la construcción propia ("Por querer cambiar"), la esperanza renacida diariamente a pesar de las heridas ("Peces de colores")
Todo está sustentado por la resistencia, y ésta es su mayor transgresión: enfrentarnos cara a cara con el amor, la violencia, la cobardía, la pasión. Es decir, nos enfrenta a nosotros mismos.
Su música es la síntesis de varias influencias rítmicas, porque rompe moldes a través de su intuición. Recorre así, desde el tango tradicional hasta el apiazzollado, las milongas criollas, el bolero, el candombe, la chacarera, el blues y la canción.
Dice que la duda lo conduce al papel y la guitarra. Sea como sea, hacer arte es para Vattuone, un acto de amor, nada menos que combatir la muerte, desde abajo y desde el balcón más elevado, hacia un futuro sin fronteras.
* Silvana Boggiano es autora del libro La madriguera, y miembro de grupos de investigación argentino-uruguayos el Tango.
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