EXPOSICIÓN TEMPORARIA
MALBA INAUGURA "ANTONIO BERNI: JUANITO Y RAMONA"
31.10.2014 - 23.2.2015
Inauguración: jueves 30 de octubre, 19:00
Curadores: Mari Carmen Ramírez y Marcelo E. Pacheco
PRESENTACIÓN DE LA EXPOSICIÓN Y EL CATÁLOGO
Jueves 30 de octubre, 17:30. Auditorio.
Participan:
Mari Carmen Ramírez, Andrea Giunta, Guillermo David, Mike Wellen y
Victoria Giraudo.
El jueves 30 de octubre MALBA inaugura Antonio Berni: Juanito y Ramona,
la primera exposición de Antonio Berni (Rosario, 1905 - Buenos Aires,
1981) que presenta en forma exhaustiva sus célebres series de Juanito
Laguna y Ramona Montiel e incluye a los Monstruos de sus pesadillas.
Producida
en forma conjunta por MALBA y el Museum of Fine Arts, Houston (MFAH)
–como parte del acuerdo de colaboración que ambas instituciones
mantienen desde 2005–, la muestra reúne un conjunto de 150 obras
(pinturas bidimensionales, grabados, xilocollages y
xilocollage-relieves, ensamblajes y construcciones polimatéricas),
creadas entre 1958 y 1978, cedidas por la familia del artista y por
veinticinco colecciones públicas y privadas de Argentina, Uruguay,
Estados Unidos, España y Bélgica.
Por
primera vez se exhiben en nuestro país piezas prácticamente
desconocidas como el conjunto de obras provenientes de Bélgica,
compuesto por ensamblajes de gran tamaño como Ramona bebé (1962), La apoteosis de Ramona (1971) y La familia de Juanito emigra (1972). También se presentan obras emblemáticas de carácter monumental como El mundo prometido a Juanito Laguna (1962) –una de las grandes obras maestras de este período, de la colección de Cancillería Argentina–; Juanito aprende a leer (1961) y Pesadilla de los injustos (1961) –ambas del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires-; Juanito lleva la comida a su padre peón metalúrgico (1961) del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Juanito va a la ciudad (1963) de la colección del MFAH; La gran tentación (1962) de la colección de MALBA y La pampa tormentosa (1963), entre otras.
Se
destaca además el conjunto de cinco grabados sobre Juanito Laguna
–préstamo de la colección del Museo Castagnino+macro de Rosario–, que
Berni presentó por primera vez en 1962 en la Bienal de Venecia y por el
que obtuvo el Gran Premio Internacional de grabado y dibujo.
Antonio Berni: Juanito y Ramona
intenta situar a Berni en su contexto internacional, destacando la
diversidad y multiplicidad de su producción artística, fruto de una
constante búsqueda por expandir las preocupaciones centrales de los
movimientos artísticos de la posguerra. En palabras de Mari Carmen
Ramírez: “Berni
es uno de los grandes maestros y pioneros del ensamblaje y al mismo
tiempo uno de los grandes exponentes de la pintura narrativa. La
importancia de las series de Juanito y Ramona radica en el modo en que
Berni utilizó este nuevo medio para enfrentar las circunstancias
sociales de su tiempo. Sus
grandes ensamblajes, objetos polimatéricos y xylo-collage-relieves
constituyen una de las propuestas artísticas más innovadoras al arte del
siglo XX”.
Activo
desde fines de los años 20, Berni desarrolló una larga y prolífica
carrera marcada siempre por su visión social y política de izquierda,
que abarcó diversas variantes del surrealismo y del realismo, como el
que él mismo acuñó, a mediados de los años 30, bajo el nombre de “Nuevo
Realismo”. A fines de los años 50, cuando ya gozaba de gran
reconocimiento en la escena local con importantes vínculos intelectuales
en París, Berni dio un giro radical a su concepción del arte que lo
posicionó como un artista de pensamiento contemporáneo. “Este
realismo, actuando dialécticamente, encontró en el ciclo de Juanito
Laguna y Ramona Montiel su campo más provocativo. El uso del collage y
el ensamblado puso en juego el problema de lo `real real´ y fortaleció
las conexiones subyacentes de la actividad social que se oculta en el
mundo concreto de los objetos”, reflexiona Marcelo Pacheco en el ensayo del catálogo.
La
exposición se centra en este período singular e innovador de la
producción de Berni, en el que narra la vida y las andanzas de dos
personajes ficticios, el chico de la villa miseria y la prostituta, como arquetipos de una realidad social posindustrial, en la periferia de la ciudad de Buenos Aires, pero que podrían haber surgido de cualquier gran urbe latinoamericana.
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