Por Valeria Schapira
Experta en relaciones para Match.com
¿Se puede amar de manera inteligente? ¿O acaso cuando estamos en medio del enamoramiento – ese estado que las neurociencias comparan con las adicciones- perdemos la razón y podemos llegar a hacer un sinfín de tonterías?
El término “inteligencia emocional” fue acuñado por el psicólogo norteamericano Daniel Goleman quien, en 1995, publicó el best seller del mismo nombre. Goleman define a la inteligencia en las emociones como“una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”.
En una investigación realizada para Match.com, la doctora Helen Fisher creó un test que fue respondido por cientos de miles de personas y obtuvo un resultado concluyente: existe una una poderosa influencia de la química cerebral en el proceso del enamoramiento. ¿En este estado, en que la razón pasa a segundo plano, podemos amar de manera inteligente? En la medida en que hagamos un buen trabajo interior, que nos permita conectar de manera amorosa, adulta e inteligente, la respuesta es afirmativa.
Sí, podemos amar con inteligencia emocional.
Estas son algunas cuestiones que puedes tener en cuenta cuando te fleche Cupido para que tu amor, además de fulminante, sea inteligente:
· No tomes decisiones apresuradas: todos hemos dicho alguna vez, después de una maravillosa primera cita cosas como “con él (o con ella) me caso”. Tan grande es el flash que estaríamos dispuestos a tomar la decisión sin pensarlo dos veces. O, en su defecto, dejar nuestra casa para hacer un nuevo nido. ¿Irías a una reunión de trabajo habiendo tomado alcohol? Seguro que no. El enamoramiento tiene efectos narcotizantes así que espera que “baje el efecto” antes de dar cualquier paso trascendente en materia del vínculo.
· Administra tus emociones: ¿podemos hacer esto cuando estamos deslumbrados? Se puede y eso no significa que no vivas a pleno tu película de Hollywood. Sólo se trate de que cuentes hasta diez antes de de prometer amor eterno, por ejemplo. Algunas aristas ya intensas de la personalidad se exacerban cuando estamos “locos” por alguien. Desarrolla tu cordura. Piensa antes de hablar y actuar. Recuerda, aquí y ahora. Las construcciones llevan su tiempo.
· Desarrolla la empatía: es la capacidad de ponernos en el lugar del otro. Esto nos hace más humanos y compasivos. Trata de comprender tus reacciones y las de tu pareja. Dialoguen, se trata de dos universos diferentes que se han cruzado para armar una relación. Si llevan tiempo juntos, traten de potenciar el entendimiento. Cada uno lleva a una relación sus anhelos, miedos e historia personal, recuérdalo.
· No busques que el otro te complete: la media naranja nunca encaja. Cada uno de nosotros es un ser completo que busca su complemento para andar por la vida. Cada uno de ustedes es una fruta diferente que puede combinar para armar una deliciosa ensalada. De eso se trata el amor. Trabaja en ti mismo para llegar a una relación en tu mejor estado emocional.
· Conecta desde la abundancia; nunca desde la carencia: ¿te sientes merecedor/a de una buen amor? Si no es así, trabaja en tu interior para mejorar ese aspecto de tu personalidad. Atraemos en la misma frecuencia en la que vibramos. Conecta con tu esencia, desarrolla tu costado espiritual, se generoso contigo y con los demás.
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